Nuestra geografía presume de maravillosos paisajes, lugares con encanto, pueblos con historia…y este pequeño rincón reúne todas esas características.
Hoy os hablaré de ARMINTZA.
Su corta distancia con Bilbao (30 kilómetros) hace muy accesible a este barrio perteneciente al municipio de Lemoniz.
Aprovecho una soleada mañana de domingo en la que, a pesar del frío, apetece salir, escuchar el rumor de las olas, oler el salitre del mar y pasear por su pequeño pero atractivo puerto.
En poco menos de media hora llego desde Bilbao al aparcamiento habilitado al lado de la carretera general; en invierno no hay ningún problema de estacionamiento.
Dejo el coche y me dirijo al pintoresco puerto que hace muchos años fue referente marisquero donde se cogían deliciosas langostas. Un puerto donde ya no se practica la pesca de una manera profesional y, las actividades deportivas como el surf o el submarinismo, han ganado terreno a una tradición ancestral.
Este embarcadero ha sido refugio de barcos durante los diversos temporales que suelen azotar nuestra costa.
No se veía mucha gente en el entorno portuario, solo cuatro o cinco personas, afanadas pintando unas txalupas y arreglando sus aparejos de pesca.
Es la hora de la bajamar y, desde el dique, observo cómo rompen las olas contra las rocas, con fuerza, como queriendo rebosar el muro de hormigón y adentrarse en el pueblo.
Me dirijo hacia la punta del dique donde un monumento recuerda la cruenta batalla de Matxitxako durante la Guerra Civil.
A lo lejos me deleito observando a unos valientes surfistas haciendo cabriolas sobre sus tablas y desafiando a la fría temperatura del Cantábrico con sus trajes de neopreno.
De repente, algo en el suelo se mueve, me fijo bien y era un pequeño karramarro que cruzaba a toda prisa. Lo cojo con delicadeza pero con decisión y durante unos segundos patalea en mi mano. No quiero impacientarlo y lo deposito de nuevo en el cemento para que continúe su camino.
Vuelvo hacia el pueblo y, un barco encallado en una especie de bañera decorada con azulejos azules y blancos formando un mosaico, llama mi atención. La placa me indica que se trata de un homenaje a los hombres y mujeres del mar del pueblo de Lemoniz.
A unos metros, una estela diseñada por Agustín Ibarrola y realizada en hormigón armado por Manuel Jiménez Alamillo. En el año 1988 el departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco encargó doce esculturas para ser colocadas en diferentes puertos vizcaínos y guipuzcoanos. Todas son iguales y representa un ojo sobre un pretil.
Y, claro, yo no pierdo oportunidad de “asomarme” a través del ojo.
Sigo paseando, observando, curioseando y, mis pasos, me llevan a la pequeña iglesia de Santo Tomás. Me acerco a la puerta con esperanza de verla por dentro pero, para mi decepción, me he de conformar con fotografiar su pórtico.
Un camino por el monte Gaztelu me guía a lo más alto. El ascenso parece costoso pero, las fantásticas vistas al mar y a los montes de alrededor, hacen que todo sea mucho más ligero.
En pocos minutos llego a la cumbre donde un banco parece estar preparado para que me acomode a relajar la vista en la magnífica ensenada al abrigo entre la Punta de Kauko y el Peñón de Gaztelu, donde me encuentro, y donde se construyó en el siglo XVIII, un fortín con una batería de cañones para proteger el Señorío de Bizkaia, que desapareció en el primer tercio del siglo XIX.
¡Cuánta paz se siente! El sol, además, pone su granito de arena para que el momento sea brillante e inolvidable.
Para los amantes del Reggae no les será desconocido este paraje natural, ya que todos los años se celebra el Txapel Reggae en Julio desde hace más de veinte años.
Me quedaría más tiempo absorta contemplando el mar, los barcos, los surfistas, los montes…pero he de regresar a Bilbao. Eso sí, vuelvo relajada y con las pilas cargadas.
Fotos: Andoni Renteria.
Eres una bloguera fantástica Esme, y nos cuentas unas cosas preciosas, cuantas personas se darían con un cantico en los dientes, por escribir la mitad de bien que tú y presumen…Gracias por estos momentos que nos ofreces…Besos.
muchisimas gracias, preciosa. El dia que yo presuma de algo más que de ser bilbaina, ese día puedes darme una colleja, jajaja
Está precioso. Tengo que ir cuando vuelva. Interesante y las fotos preciosas. Un estupendo trabajo tuyo y del fotógrafo. Estas muy guapa. Y gracias por traerme buenos recuerdos. En un lugar no muy lejos de una de tus fotos ibamos siendo niños a pescar con mi aita. Que recuerdos.
precioso lugar.Te ves precioso rodeada de ese precioso paisaje
Muy bonito todo , el texto, la descripción, las fotos.
Zorionak!
Que bonito Armintza…que bonitas fotos y qué bonitos recuerdos!!!!
Un abrazo a mi amiga Marta allí donde esté 😭❤
Un abrazo para ti, también.