En las elecciones municipales de 1903 fueron muchos los que pedían honradez, decencia y elegir bien a los candidatos; incluso se dejó claro que no se comprarían votos.
Desde algunos periódicos se solicitaba el voto para los políticos que fuesen capaces de mirar más por Bilbao que por sus propios intereses o los de su partido. La villa necesitaba unos administradores de verdad, con capacidad de sacrificio, con honor y celosos de su deber.
Los diferentes candidatos eran: socialistas, republicanos, nacionalistas, liberales, carlistas e integristas.
Todas estas ideas se distribuían por los nueve distritos electorales en los que estaba dividida la villa.
Los republicanos, por ejemplo, presentaron sus candidaturas en los nueve, pero los liberales no quisieron Bilbao La Vieja.
Los nacionalistas estaban eufóricos y decidieron presentarse en todos los distritos e, incluso, negociar con carlistas e integristas, aunque finalmente no llegaron a ningún acuerdo y comparecieron en solitario.
El día elegido para votar fue el 8 de noviembre y ese mismo día se recordó que habían pactado no comprar votos. Bilbao tenía muy mala fama en ese sentido y ya se conocía a la villa como “distrito podrido”. Para asegurarse de que se cumplía aquel mandato, el ejército se mantuvo en alerta, la Guardia Civil salió a patrullar las calles de la villa y la guardia municipal custodiaba los edificios con mesas electorales.
También jóvenes voluntarios republicanos y socialistas se pasearon por la ciudad armados con palos para disuadir a aquel que tuviera intención de comprar los ansiados votos.
Hasta la Cruz Roja estableció retenes en previsión de alguna contienda.
A pesar de que hubo rumores de que cierto candidato ofrecía un duro por voto, la jornada discurrió tranquila delante de las urnas. Sin embargo, en la calle sí que hubo alguna que otra pelea, como por ejemplo en Atxuri donde republicanos y nacionalistas se enzarzaron en una gran bronca con puñetazos y palos.
En el recuento, los nervios a flor de piel, hicieron que un ciudadano rompiera con su bastón una urna y hubo que anularla para votar de nuevo días más tarde.
Finalmente, los triunfadores fueron republicanos y socialistas, pero sin duda lo que más gustó a la ciudadanía fue el descenso de “pucherazos” y el aumento de participación.
La foto la he cogido de Internet y fue tomada en las elecciones de 1933.
Muy bien potxola. Siempre es bueno conocer historias de esos años. La foto chula
gracias, la foto la tomó Andoni.
Interesante y actual el tema de las elecciones. Por lo que leo, al final las personas de esa época piden lo mismo que las de hoy en día y en cierta clase política les faltaba eso, clase, igualito que ahora jajaja. Ya te contaré mi experiencia con las elecciones del domingo, ya que estaré en la mesa electoral.
con la paguita extra invitarás a tus amigas a café, supongo