Una de las fiestas más esperadas por los bilbainos es el 11 de octubre, ya que se celebra Nuestra Señora de Begoña o, como todos la conocemos, nuestra amatxo.
Desde muy temprano, en los alrededores de la basílica, la actividad es intensa. Todo debe estar perfecto para cuando lleguen los primeros devotos de la virgen.
Durante todo el día hay diversas misas en honor de la moradora de la basílica y patrona de Bizkaia. Tampoco faltan atracciones para los más pequeños, con el Gargantua como principal protagonista.
En Bilbao nos gusta comer, eso es conocido por todos; como también sabemos que existen tradiciones que no se pueden perder, como el talo con chorizo, las rosquillas o el pastel vasco.
A las 11 de la mañana, con un radiante día de sol, he llegado a la explanada de la basílica y lo primero ha sido colocarme el pañuelo que, amablemente, me ha entregado un joven que los repartía.
En la basílica se celebraba una multitudinaria misa y, entre tanta gente, he podido observar la emoción y el sentir de los asistentes. La virgen de Begoña es muy querida y venerada en Bizkaia pero, sobre todo, en nuestra villa.
A las doce del mediodía ha actuado la Banda Municipal de Bilbao pero, no he podido quedarme, ya que debía bajar al Casco Viejo, concretamente a la calle Pelota, donde se iba a realizar una ofrenda floral a la virgen cuya imagen se encuentra en la fachada del edificio de La Bolsa.
Cuando he llegado ya estaba todo preparado; la música de los txistularis, con el gran Mikel Bilbao a la cabeza, resonaba por las calles adyacentes.
Las bilbainadas han corrido a cargo del grupo Los Arlotes de Llodio.
Este acto se enmarca dentro de la Txikiteroen festa, fiesta de los txikiteros que, este año, ha durado nueve días llenos de actividades relacionadas con esta manera ancestral de relacionarnos con un vaso de vino en la mano mientras entonamos diversas canciones populares.
Pero, no solo son flores lo que se ofrece a la virgen, también el primer mosto de las uvas del Bizkaiko txakolina allí mismo prensado, le ha sido entregado.
En una plataforma, adecuada para esta ocasión, han subido a entregar los obsequios.
Posteriormente, los bilbainos que así lo deseaban, han podido acercarse con sus flores, en su mayoría rojas y blancas, para agasajar a la amatxo.
Petiso, ha interpretado una tradicional canción a la Virgen, como lleva haciendo desde hace varios años.
Para finalizar este acto tan entrañable qué mejor manera que hacerlo con la tarta que lleva el nombre de nuestra amatxu: La tarta Begoña ofrecida por el gremio de pasteleros de Bizkaia regada con el recién obtenido mosto.
Jon Aldaiturriaga, gerente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, ha ejercido de maestro de ceremonias y ha agradecido la asistencia a este acto tan bilbaino que, cada año, reune a más gente.
He pasado una fantástica mañana cumpliendo la tradición de celebrar el día de la Virgen de Begoña rodeada de maravillosos amigos.
FOTOS: ANDONI RENTERIA.
Me ha encantado el reportaje, Esme. Me hace sentir que la distancia entre Bilbao y Calpe no es tan grande. Gracias también al fotógrafo, que, dicho sea de paso, es el bilbaíno al que mejor le sientan el kaiku y la txapela. Un beso desde Calpe 🙂
Gracias a ti, cielo, por no olvidarte de tu tierra y estar siempre ahí. Y, si, Andoni está muy guapo.
Una de las cosas que más me gustan del reportaje, es el kaiku que llevas Esme… Precioso el reportaje!!
Se llama Mendigoizale. El kaiku es el de Andoni. Miralo en su muro de Facebook.
Una bonita y personal crónica para quienes no hemos estado. Gracias!
Gracias a ti por leerlo.