PREMIOS GAMONAL Y MÁS

Es posible que muchos de vosotros sepáis que, desde que el periódico mensual GAMONAL Y MÁS empezó su andadura en el año 2021, colaboro en cada edición con un reportaje sobre algún lugar que he visitado y que me gusta recomendar. Ayer, día 17 de noviembre se celebró la primera gala de los premios GAMONAL Y MÁS y, por supuesto, no quise perdérmelo.

Gamonal es el barrio más populoso de Burgos con alrededor de sesenta mil habitantes y, entre su población, son muchas las personas, asociaciones, comercios o entidades que destacan por una u otra razón. Es por ello, que el periódico ha querido instaurar estos reconocimientos al buen hacer y a la profesionalidad de algunos de sus vecinos.

Desde hace unas semanas los residentes del barrio estuvieron votando a los candidatos propuestos por el periódico en las siguientes categorías: Deporte, Artes, Música, Literatura, Peñas y Asociaciones.

A las ocho menos cuarto de la tarde, el salón de actos de la Casa de Cultura de Gamonal, comenzaba a recibir a los primeros asistentes.

En la puerta se había instalado un photocall por donde fueron desfilando los invitados y los nominados.Todos acudieron sonrientes y con ganas de disfrutar de una hora divertida y entretenida en este edificio, que tan bien conocen todos los vecinos.

El alcalde de la ciudad, Daniel de la Rosa, llegó acompañado de su esposa, Blanca Carpintero, concejala del ayuntamiento. El alcalde, que conoce bien el barrio de su infancia y juventud, saludó afectuosamente al director del periódico.

Tras los agradecimientos habituales a las autoridades, al público y a los patrocinadores, José Ángel Medina presentó al dúo musical EL TORNILLO DE ARQUÍMEDES, que nos sorprendió con una canción en euskera compuesta en el siglo XIX, por el músico de Urretxu (Gipuzkoa), José María Iparragirre.

Y, sin más dilación, comenzaron los reconocimientos. En cada modalidad se emitió un pequeño video para conocer un poco mejor a los premiados, que fueron los siguientes:

ABUELAS DE GAMONAL

CD GAMONAL

ASOCIACIÓN ARTISTAS GAMONAL

DIEGO GALAZ Y FETÉN FETÉN

ÓSCAR ESQUIVIAS

PEÑA LOS GAMONES

DORI PEÑALVA

Uno a uno fueron recogiendo los galardones de la mano de Ibai Medina, hijo del director del periódico, que quiso aportar su granito de arena en este evento.

A la mitad de la gala, subió al escenario el mago Iván Ojeda que realizó un número con unas cuerdas que anudaba y desanudaba a su antojo sin que el público pudiéramos captar el truco.

Para terminar, José Ángel Medina, pidió al alcalde que subiera al escenario para decir unas palabras. Daniel de la Rosa agradeció haber sido invitado y felicitó a los premiados, así como a todos los nominados. Destacó la calidad humana del barrio de Gamonal y aseguró que, desde el Ayuntamiento de Burgos, continúan trabajando para dotarlo de varias mejoras necesarias para el bienestar de todos. Antes de volver a su asiento, De la Rosa, a instancias de Medina, entregó un premio muy especial a Vicente Vivancos, colaborador del periódico, escritor y gran conocedor de la historia de Gamonal que, se emocionó hasta las lágrimas cuando recogió el merecido reconocimiento.

El broche final lo puso, de nuevo, “El Tornillo de Arquímedes” con una versión de una jota leonesa. Y, por supuesto, como en toda ceremonia que se precie no faltó la foto con todos los homenajeados.

Sin duda fue una velada emotiva para los premiados, llena de magia, buena música, mucho humor y mucho cariño, como el que se profesan los vecinos de este gran barrio burgalés.

Por mi parte, no me pude resistir a guardar un recuerdo con Iván Ojeda y Diego Galaz.

Ya estoy deseando volver el año que viene.

 

FOTOS: ANDONI RENTERIA

ESPINOSA DE LOS MONTEROS, HISTORIA, CULTURA Y NATURALEZA

Hace ya un tiempo que, de vez en cuando, publico algún post sobre las excursiones que realizo fuera de Bilbao e, incluso, fuera de Bizkaia.
En estas lineas os quiero mostrar un pueblo burgalés que, seguro, muchos conocéis: Espinosa de los Monteros. Situado a 762 metros de altitud en la comarca de Las Merindades, limita con Bizkaia y Cantabria; por lo que muchos de sus visitantes, tanto en verano como en invierno para disfrutar de la nieve, proceden de estas comunidades. De Burgos capital dista algo más de noventa kilómetros y de Bilbao unos 70. Su población censada no llega a dos mil personas, por lo que cuenta con ese encanto de los pueblos pequeños. En verano no se pasa calor y en invierno las temperaturas caen por debajo de los cero grados, en muchas ocasiones.
Históricamente, Espinosa de los Monteros ha basado su economía en los sectores primarios de agricultura y ganadería, fundamentalmente. Su producción de manzanas, castañas, avellanas o guindas es destacable. Así como la cría de ganado vacuno, de cerdos, caballos, ovejas y abejas, entre otros. El río Trueba atraviesa el pueblo con un agua cristalina de mucha calidad que baja de las numerosas montañas de la zona, así como de los afluentes: los ríos La Sía, Lunada y Rioseco donde se pescan una gran cantidad de truchas siendo, incluso, un plato típico de la zona: “trucha a la espinosiega”, famosa por haber sido degustada por muchos nobles que contaban en su servicio con asistentes oriundos de este pueblo.

En Espinosa se encuentra el mayor número de monumentos catalogados de la provincia después de la capital y esa es una de las razones que atrae a un cuantioso número de turistas. En su oficina de Turismo facilitan suficiente información para que puedas recorrer el pueblo con las guías que ellos te ofrecen. Además, en cada casona o monumento el visitante encontrará un panel informativo con diferentes datos de cada uno.

La historia de su fundación se remonta al 800 a.C cuando los vecinos cántabros fueron los primeros pobladores de esta villa a la que bautizaron como Velliga. Luego llegaron los romanos, la tomaron y destruyeron construyendo una fortaleza amurallada a la que llamaron Barrutha (que significa lugar todo cercado). Entre los siglos VII y VIII aparecieron en estas tierras los godos quienes decidieron denominar al municipio Val de Espinosa debido a los abundantes espinos que crecían por la zona. Años más tarde los musulmanes lucharon contra los propios espinosiegos quienes tuvieron el suficiente valor y arrojo para vencerlos. Pero si hay un capítulo importante en la historia de Espinosa de los Monteros es, cuando en el año 1006 Sancho García, Conde de Castilla, en agradecimiento a un escudero al que quiso premiar por haberle advertido de una traición por parte de su propia madre, instaura la Compañía Monteros de Espinosa, dándole al fiel guardia y a todos sus descendientes el título de escoltas. En aquel momento su función fue la de proteger al conde tanto de día como de noche. Posteriormente, Felipe I el Hermoso, rey de Castilla, ordenó que las guardias se llevaran a cabo únicamente por las noches o en periodos de larga enfermedad que le mantuvieran postrado en la cama.
A partir de la creación de este cuerpo de soldados, la villa obtuvo diferentes privilegios como la concesión en 1501 de los martes para organizar el mercado semanal. Otra curiosidad es la confección en esta villa de las velas de las naves que configuraban la Armada Invencible en el año 1588. Asimismo, el nombre de Espinosa de los Monteros permanece inscrito en el Arco de Triunfo de París debido a que, en noviembre de 1808, el ejército francés derrotó a los españoles en la conocida batalla comandada por Claude Victor Perrin, General de las tropas napoleónicas.

Volviendo al presente, son muchas las opciones que ofrece este pueblo: como pasear por el centro y deleitarse con sus magníficos edificios señoriales. En la plaza se encuentra la iglesia Santa Cecilia que comenzó a construirse en el siglo XVI sobre otro templo y se concluyó dos siglos más tarde. El buen observador se dará cuenta de que los pilares de la iglesia están un poco inclinados debido a que está asentada sobre una morrena glaciar.

En la plaza Sancho García se encuentra el Ayuntamiento con los soportales, viviendas con magníficas galerías acristaladas, varios comercios y el distinguido Palacio de los Marqueses de Chiloeches del siglo XVI. Solo es necesario deambular por sus calles para comprobar el pasado histórico de la villa a través de sus imponentes construcciones como las torres de los Cantimplor, la de los Montero, la de los Azulejos, la de Pumarejo, la de los Velasco o la de los Herradores. Así como el Palacio de los Fernández Villa o la casona de los Marcide, entre otras.

Tampoco faltan parques y zonas de recreo para los más pequeños.

Y, tras la visita cultural, no debemos desaprovechar la ocasión de dar buena cuenta de los diferentes productos gastronómicos como los embutidos, las morcillas, los derivados del pato, su excelente carne de vaca, la miel y los elaborados con la leche de las vacas como la mantequilla que realizan artesanalmente desde el siglo XVII. En sus pastelerías no faltan las famosas pastas italianas o sus deliciosos hojaldres.
No hay duda de que existen muchos y buenos motivos para visitar Espinosa de los Monteros y sus alrededores con áreas verdes donde dejarse conquistar por la naturaleza.

 

FOTOS: ANDONI RENTERIA

MONASTERIO DE OÑA

El Conde de Castilla, Sancho García fundó en el año 1011 el monasterio de San Salvador de Oña que se encuentra en la villa de Oña en la provincia de Burgos.
En el siglo XVI el benedictino Fray Ponce de León creó aquí, en el monasterio, la primera escuela de sordomudos del mundo.
A partir de 1835 su iglesia se convierte en la parroquia de la localidad y en 1880 el monasterio fue ocupado por los Jesuitas que instauraron la facultad de Teología y Filosofía.
Durante muchos años fue colegio y noviciado, hasta que, en 1967, se lo vendieron a la Diputación Provincial de Burgos que lo convirtió en Hospital Psiquiátrico y granja agrícola.
Hace unas semanas realicé una excursión por la zona y me acerqué a verlo. Muchos años atrás lo había visitado y mis recuerdos estaban bastante borrosos. Fue por eso que, al verlo, me sorprendió enormemente.

Su monumental escalinata exterior da acceso a la puerta principal de la iglesia, donde se cuenta que llegó el Cid Campeador con el cadáver de Sancho II el Fuerte, asesinado durante el sitio de Zamora y allí lo depositó.


Las fotografías en el interior del templo no están permitidas por lo que me fue imposible tomar ninguna imagen; pero, os garantizo, que son muchos los tesoros que guarda esta iglesia y el monasterio en general.
Panteones, esculturas, pinturas, tallas románicas o sillerías góticas son algunos de los objetos expuestos que merecen, sin duda, unos minutos de admiración.
Así como los panteones reales o ducales son dignos de observación.
El altar mayor en estilo barroco está dedicado a San Iñigo.
Continúo mi recorrido por este monasterio y llego a la sacristía; una sala de unos cuarenta metros cuadrados donde también se exhiben diversos objetos religiosos e, incluso, de la nobleza.
Por una puerta accedo al refectorio y de allí salgo al magnífico claustro del siglo XV. Afortunadamente, aquí si puedo sacar alguna imagen.

Delante de su fachada principal me saco una fotografía con la estatua del fundador.

No todo es piedra en este monasterio; en la parte trasera existe una gran jardín con estanques por donde, me cuentan, paseaban los monjes en sus momentos de ocio.


Si os apetece realizar una excursión no muy lejos de Bilbao y adentraros en la historia, no tengáis ninguna duda, el monasterio de Oña no os defraudará; así como el pueblo y sus alrededores.

FOTOS: ANDONI RENTERIA