CARROZAS Y FLORES EN LAREDO

A principios del siglo XX, una época de pujanza económica y claro interés por la cultura, las celebraciones y desfiles con flores se extendieron por las principales capitales europeas y llegaron a ciudades como Valencia, Murcia o Laredo.
En este post os hablaré, precisamente, de la Batalla de Flores de la villa cántabra que nació un 30 de agosto de 1908 como acto de despedida del verano.
Entonces, en Laredo, eran muchos los burgueses que elegían este destino para disfrutar de las vacaciones estivales; y ellos fueron los que, con su dinero, subvencionaron la iniciativa que contó con el apoyo del consistorio.
Más de veinticinco embarcaciones engalanadas con flores se dieron cita en el puerto simulando una batalla naval, mientras en los muelles numerosos espectadores se mostraban entusiasmados.
Al año siguiente se propuso desfilar por la calle Menéndez Pelayo en vez de por la dársena del muelle para dar la posibilidad a más vecinos de asistir al evento.
Esta segunda edición fue más exitosa y mucho más participativa. Comenzaba a gestarse una tradición que llegaría a nuestros días con nuevas técnicas, diseños, materiales…pero con la misma ilusión y el mismo orgullo con la que nació.
Hace unos días fui invitada a presenciar los trabajos de creación de dos carrozas de las Asociación COME GOLAYU QUE LO HA HECHU GÜELA.

En el centro de la villa, concretamente en el patio de un centro escolar, unos toldos esconden un gran trabajo que comparten los voluntarios de esta Asociación.
Ya en el interior, me recibe Ángel, su director quien me explica que él es el creativo de la Asociación, el que busca ideas durante todo el año y las va plasmando en papel para luego convertirla en una de esas fantásticas carrozas que se exhiben por las calles de la villa pejina. Las ideas surgen, según me cuenta, en un viaje, viendo la televisión, leyendo un libro…en cualquier momento aparece esa inspiración.

Allí, en una mesa reposaba la maqueta del diseño de esta edición 2018.


Once años han pasado desde el primer desfile de la Asociación y me cuenta orgulloso que seis veces han quedado en primer lugar.
Ellos no solo buscan originalidad en el diseño o en la colocación de las flores; ellos buscan causar sensaciones entre el público y, para ello, incorporaron hace años la música y los movimientos de sus figuras.
Cuando le pregunto a Ángel el coste económico, sonríe y mira al cielo, con un gesto muy significativo. Una carroza puede suponer un desembolso de treinta y cinco mil euros, por ello buscan patrocinadores, venden lotería y realizan varias acciones para poder sufragarlo.


Las flores, la materia prima principal, las importan de Holanda cada año los días previos a la Batalla. Unas ciento veinte mil flores, normalmente dalias, llegan de los Países Bajos pero, además, aquí en Laredo disponen de huertas donde aprenden a plantar la semilla, a cuidar la planta y a recoger las flores que, en su mayoría, suelen ser claveles.
Todos los miembros de esta Asociación son voluntarios y todos participan en el proceso de una manera o de otra.
La elaboración de las carrozas suscita interés por parte de los propios vecinos del pueblo, pero, sobre todo, por los visitantes de otras ciudades y, por supuesto, de los medios de comunicación que cubren este histórico evento que, este año, se llevará a cabo el viernes 24 de agosto. Alrededor de dos horas dura este paseo multicolor por las calles mientras la gente asombrada y emocionada observa las carrozas, comenta, aplaude y compara con otros años anteriores. Cada año hay mejor acogida, por lo que la tradición está asegurada.
Desde hace varias semanas en COME GOLAYU se han realizado visitas guiadas por el lugar de trabajo donde me encuentro yo en las fotos que veis.


Después de casi una hora de charla, me animo a subir a un andamio mientras varias personas con sus herramientas, continúan su labor para que todo esté listo el próximo viernes y consigan otro premio.


Solo me queda desearles mucha suerte y agradecer el tiempo que me ha dedicado Ángel contestando a todas mis preguntas.
FOTOS: ANDONI RENTERIA