Una de las visitas organizadas por BILBAO IZAN del Ayuntamiento de Bilbao, me lleva a la estación de Atxuri.
El lugar de encuentro es la plaza de la Encarnación a las diez de la mañana. De allí nos dirigimos hacia la estación parándonos en frente de ella mientras la guía nos da una serie de explicaciones sobre tal insigne edificio.
En 1882 se construyó una terminal anterior a la actual que, al quedarse pequeña, por el constante incremento de usuarios en esta línea, hubo que levantar otro edificio más grande y más moderno. Eso sucedió en 1913. El diseño en estilo neovasco fue obra del arquitecto Manuel María Smith. Su apariencia es rústica con columnas panzudas, ménsulas alineadas a modo de decoración, tejado a 4 aguas y dinteles de madera inspirados en las casas torre.
En las bases del concurso creado por Ferrocarriles Vascongados para la construcción de la estación, se exigía que se diseñara en estilo vasco.
La inauguración fue el 23 de Febrero de 1914 y fue bendecida por el Obispo de Vitoria.
Después del acto se ofreció una comida en el primer piso donde se ubicaba una cafetería. El segundo piso se destinó a posada. Servicios que desaparecieron en los años 30.
El reloj poseía una campana que marcaba las horas, pero los vecinos se quejaron por el ruido y hubo que prescindir de aquel repique.
En el escudo aparecen unas campanas haciendo referencia a Navarra porque estaba previsto que la Compañía de Ferrocarriles Vascongados adquiriera Ferrocarril de Navarra, proyecto que, finalmente, no se llevó a cabo.
Al traspasar el hall de entrada dirección los andenes podemos ver un busto. Se trata del Marqués de Acillona primer presidente de Ferrocarriles Vascongados.
Desde los andenes podemos observar el ir y venir de los trenes que a diario transportan pasajeros hacia Durango, Bermeo, Donosti y muchos lugares más.
En un momento de la visita, nuestra guía nos ofrece acceder a las entrañas de la estación, al lugar desde donde se maneja todo, se coordina todo y se vigila todo para que nada extraño suceda.
Por una puerta desde el andén, entramos al edificio y, de allí, a una sala grade que solo podemos ver a través de un cristal. Nos pide que nos mantengamos en silencio y que no tomemos ninguna fotografía, ya que está prohibido. Es la sala de mando o de control.
Os puedo contar lo que vi. Había varias mesas largas con muchos ordenadores con pantallas grandes. Cuatro personas estaban trabajando, su posición era de espaldas a nosotros para no perder detalle de lo que ocurría en unos paneles frente a ellos llenos de lucecitas que indican los vagones, los recorridos y todos esos detalles que solo ellos conocen.
Quizá aquella visión del manejo y vigilancia de los trenes fue lo que más nos gustó a todos los asistentes, porque es un lugar al que no se puede acceder cuando compras un billete para realizar un viaje en tren.
Como siempre, fue un placer realizar estas visitas que cada año organiza el Ayuntamiento de Bilbao para que todos conozcamos y amemos más nuestra villa.
FOTOS: ANDONI RENTERIA.