Una nueva edición de la Red Bull Cliff Diving llega a Bilbao; es la segunda vez que se celebra en nuestra ciudad y, todos los bilbaínos, hemos salido a la calle para contemplar asombrados cómo estos jóvenes clavadistas profesionales venidos de todo el mundo, se lanzan a la ría desde una plataforma situada a 27 metros del agua en nuestro puente de La Salve.
A las 14 45 me encontraba en el lado derecho de la ría, es decir, en la plaza de La Salve. La expectación era máxima.
Muchísima gente congregada, familias enteras con niños, cuadrillas de amigos, abuelos con sus bastones, todos estábamos allí. Todos mirábamos al trampolín porque sabíamos que, de un momento a otro, se iniciaría el espectáculo con el aurresku de honor.
Quince minutos después, Alberto Dueñas, aurreskulari, aparece con aparente calma aunque, imagino, sabiendo que cualquier mal movimiento le puede llevar al agua.
Suena la música, el público se mantiene en un respetuoso silencio, mientras el joven baila para los miles de personas que le miramos y admiramos con la boca abierta y, en mi caso, con la carne de gallina, que solo un momento así puede transmitir.
Una grandísima ovación se escucha cuando efectúa la última reverencia. Ha sido magnífico. Por segundo año consecutivo, Alberto nos ha emocionado.
El presentador de este singular campeonato comienza a nombrar a los deportistas y empiezan los saltos. Nos explica que necesitan concentración cuando se suben a la plataforma y por ello nos ruega silencio. Así lo hacemos pero, cuando ya han caído al agua, explotamos todos con entusiasmo aplaudiendo y gritando.
Uno de ellos aparece en la plataforma con la camiseta del Athletic ya que se confiesa un gran aficionado de nuestro club. Todos le aplaudimos y vitoreamos. Se la quita antes de tirarse, como mandan las normas.
Otro clavadista cumplía años y, entre todos los espectadores, le cantamos ZORIONAK ZURI.
Las dos orillas se encuentran a rebosar, tanto el Campo Volantín como la Avenida de las Universidades estaban cortadas por varias patrullas de la Policía Municipal.
Pero, si hubo algo, en todo esto que a mí particularmente me encantó ver, fue la ría.
La ría parecía un lugar de encuentro para lucir las pequeñas y no tan pequeñas embarcaciones que subieron con la intención de no perderse algo único como estos saltos desde La Salve.
Por supuesto, también estaban los bomberos y la Ertzaintza en diferentes Zodiacs, controlando que todo se desarrollara con normalidad.
Una vez más, en Bilbao nos hemos superado. Bilbao está en boca de todos los clavadistas del mundo. Una vez más hemos hecho historia.
¡¡¡Qué grande es Bilbao y los bilbaínos!!!
FOTOS Y VIDEO: ANDONI RENTERIA.