Gracias a la construcción de la línea de ferrocarril entre Santander y Solares, en el año 1887, entró en servicio la Mina Pepita: una antigua explotación minera a cielo abierto que contaba con una extensión de 19.890 m2, localizada en el barrio La Calleja en el centro de Solares. Muchos años más tarde, la actividad en la mina cesó y esta fue abandonada. Hasta que, en marzo de 2015, abrió sus puertas, pero con un objetivo completamente diferente al original. Comenzaba así la aventura del parque mitológico Mina Pepita donde combina el atractivo de las formaciones geomórficas con la gran diversidad de vegetación y los personajes mitológicos cántabros.
Al entrar el visitante por primera vez, desconoce la magia y el halo de misterio que se va a encontrar en muchos recovecos y eso le confiere al parque un gran atractivo, sobre todo para los más pequeños de la casa.
La erosión natural ha sido la encargada de dar forma a los montículos de hasta quince metros de altura, creando desfiladeros y curiosos rincones; por lo que recuerda mucho al paisaje del Parque de la Naturaleza de Cabárceno.
Acacias, saúcos, robles, fresnos, laureles…incluso un eucalipto gigante van apareciendo por los senderos perfectamente señalizados. Además, han habilitado una zona con bancos y mesas para sentarte a descansar o, simplemente, a disfrutar de la naturaleza y de la tranquilidad que se respira.
Desde luego, no podían haber elegido mejor escenario para ubicar este parque mitológico que fue reformado en el año 2022, instalando, además, cámaras de seguridad para evitar el vandalismo que había sufrido en los últimos tiempos. Todos los días del año desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche, la puerta de Mina Pepita permanecerá abierta para aquellos que quieran conocer más sobre los personajes de la historia mitológica cántabra.
Anjana, Trenti, Musgoso, Ojáncano, Caballucos del Diablo o Culebre, son algunos de los nombres de estos seres que habitan la antigua mina. Al lado de cada uno, el visitante podrá leer el nombre y sus características, así como sus aficiones y descubrirá que no todos son buenos; incluso algunos son terribles.
De fácil acceso, en general, solo hay alguna cuesta que, si el suelo está muy húmedo, podría resultar resbaladizo; por lo que es recomendable caminar por el parque con calzado cómodo.
Os animo a descubrir este mitológico enclave cántabro.
FOTOS: ANDONI RENTERIA