Laura Díez García, Iranzu Guijarro y Marina Urrutikoetxea son las creadoras de ARTOTEKA. Hace unos días pasé una mañana con Laura y Marina en la Mediodeka del Azkuna Zentroa, donde se puede visitar este proyecto, ver las obras e informarse de todo lo que conforma ARTOTEKA.
Laura me explica que el objetivo de esta iniciativa es acercar el arte a todas las personas que así lo deseen. Se trata de una plataforma de mediación a través del préstamo de obras de Arte Contemporáneo. La idea va más allá del alquiler de las obras; también realizan exposiciones, talleres y charlas con los artistas.
En muchos países de Europa, incluso en Méjico, hace años que funciona esta idea de préstamo. Por ello, estas tres mujeres reflexionaron y se propusieron adaptar este concepto a Euskadi y fue, entonces, cuando crearon un primer prototipo en el que eligieron a diez artistas vascos donde cada uno aporta tres de sus obras. Me aseguran que han tenido muchas solicitudes de artistas que quieren colaborar en el proyecto. Pero, de momento, han seleccionado a estos diez.
Aquí, en la Medioteka, desde el 23 de enero y hasta el 11 de abril, permanecerá una muestra de diez obras para dar a conocer el trabajo de los artistas y el funcionamiento de ARTOTEKA. Como ellas explican: se trata de una exposición diversa y divulgativa, con fotografías, esculturas, cuadros o performance en la que quieren demostrar que el arte es multidisciplinar. Además, en esta ocasión, los temas elegidos son de interés general en la sociedad como la ecología, la fantasía o la tecnología.
Cada obra resulta sorprendente con las explicaciones de Marina y Laura. Mi vista se detiene en un instrumento realizado con objetos cotidianos que, según me cuentan, cuando el usuario se lo lleva a su casa la finalidad es que lo disfrute, tanto observándolo como tocándolo.
Un tótem realizado con técnica láser preside el centro de la sala. A pesar de sus casi tres metros de altura, Laura me indica que está formado por bloques que se adaptan al espacio de la persona que vaya alquilarlo. Otra de las piezas es una planta natural con una grabadora donde se escuchan susurros. De una de las paredes cuelgan dos fotografías de gran tamaño en blanco y negro, que ya han sido reservadas por una escuela de yoga de Bilbao.
Una escultura blanca llama mi atención. Al acercarme me explican que representa a la bacteria Deftia, realizada tras un trabajo de investigación por parte de la autora.
No hay duda de que con el arte se aprende, se reflexiona y te invita a imaginar e, incluso, soñar.
Pero, no solo particulares desean exhibir estas obras en sus paredes. También varios colegios e institutos han solicitado información y han reservado alguna pieza que complementa alguna de sus actividades educativas.
Laura y Marina me insisten en que desean que la gente se anime a tener una relación cotidiana con el arte y que participen en actividades donde se pueda dialogar con los artistas.
La suscripción cuesta 50 euros al trimestre e incluye todo: traslado de la obra a tu domicilio o lugar donde quieres colocarla y, pasado el tiempo de tres meses, irán a recogerla. Además, si el artista puede, acude él también y te explica su obra. Y, por supuesto, incluye un seguro por si la obra sufriera algún desperfecto.
Otro de sus propósitos es conseguir que algún museo o institución cedan algunas de las obras que ya existen y que mantienen en sus almacenes.
Para finalizar, Laura me lleva al ordenador y me muestra cómo acceder a su web y buscar la información necesaria para entender o inscribirse en ARTOTEKA. Además, cuentan con una pequeña biblioteca con los libros que han sido referentes de los diez artistas.
Os animo a visitar esta muestra y no dudéis en charlar con ellas para que os aclaren cualquier duda que tengáis. Estarán encantadas de explicaros su proyecto. De hecho me aseguran que todas las personas que han visitado la exposición han mostrado mucho interés.
Si queréis más información podéis acceder a su web pinchando en este enlace.
FOTOS: ANDONI RENTERIA