El lugar al que os llevo hoy es poco conocido para la inmensa mayoría de bilbaínos. Se trata de un edificio al final de San Ignacio conocido como la Bombeadora de Elorrieta.
Hoy en día unos preciosos jardines rodean este lugar histórico.
Se construyó entre 1895 y 1903 bajo planos del ingeniero de caminos Pedro Recaredo de Uhagón.
Bilbao contaba entonces con una población de 63000 habitantes y no existía una red de saneamiento de aguas fecales, simplemente se arrojaban a la ría. Aquello hizo que hubiera tantos problemas de salubridad que desencadenaron una epidemia de cólera.
Fue este hecho el que hizo pensar a las autoridades que debía construirse un sistema de tuberías para las aguas fecales.
Se conservó la red existente para aguas pluviales que seguirían desembocando en la ría.
Recaredo ideó todo este conjunto de tuberías para el trasporte de las aguas sucias de los domicilios bilbaínos hasta este edificio, que albergaba unas máquinas bombeadoras traídas expresamente desde Inglaterra que costaron 5 millones y medio de pesetas.
Aquí por una tubería eran impulsadas hasta la desembocadura del Abra en la zona de La Galea.
Para que este sistema funcionara se construyó un sistema de canalización en Atxuri y Bilbao la Vieja, además de dos colectores en la margen izquierda y uno en la derecha y sifones en la Merced y en Deusto.
Este proyecto fue pionero porque utilizó hormigón armado y contó con más de diez kilómetros de tuberías de seis metros de diámetro.
En este edificio además de las bombas, se alojaban máquinas de vapor, calderas, fraguas y un taller de reparaciones.
Pocos años después de su inauguración en 1904 Bilbao ya contaba con más de cien mil habitantes y empezó a quedarse obsoleto este sistema. Luego vendría la Guerra Civil y el inmueble se abandonó.
En 1984 fue declarado Bien Cultural calificado por el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco. Desgraciadamente, no se pudo evitar que fuera desvalijado y saqueado tanto el edificio como las instalaciones.
En el año 2012 comenzó una restauración por parte del Ayuntamiento, quienes han sido rigurosos con el valor científico e histórico. En enero de este año 2015 finalizaron las obras y, por fin, podemos visitar y recordar un trocito de nuestra historia.
Esta foto es del suelo original que aún se conserva, así como el techo.