ESPINOSA DE LOS MONTEROS, HISTORIA, CULTURA Y NATURALEZA

Hace ya un tiempo que, de vez en cuando, publico algún post sobre las excursiones que realizo fuera de Bilbao e, incluso, fuera de Bizkaia.
En estas lineas os quiero mostrar un pueblo burgalés que, seguro, muchos conocéis: Espinosa de los Monteros. Situado a 762 metros de altitud en la comarca de Las Merindades, limita con Bizkaia y Cantabria; por lo que muchos de sus visitantes, tanto en verano como en invierno para disfrutar de la nieve, proceden de estas comunidades. De Burgos capital dista algo más de noventa kilómetros y de Bilbao unos 70. Su población censada no llega a dos mil personas, por lo que cuenta con ese encanto de los pueblos pequeños. En verano no se pasa calor y en invierno las temperaturas caen por debajo de los cero grados, en muchas ocasiones.
Históricamente, Espinosa de los Monteros ha basado su economía en los sectores primarios de agricultura y ganadería, fundamentalmente. Su producción de manzanas, castañas, avellanas o guindas es destacable. Así como la cría de ganado vacuno, de cerdos, caballos, ovejas y abejas, entre otros. El río Trueba atraviesa el pueblo con un agua cristalina de mucha calidad que baja de las numerosas montañas de la zona, así como de los afluentes: los ríos La Sía, Lunada y Rioseco donde se pescan una gran cantidad de truchas siendo, incluso, un plato típico de la zona: “trucha a la espinosiega”, famosa por haber sido degustada por muchos nobles que contaban en su servicio con asistentes oriundos de este pueblo.

En Espinosa se encuentra el mayor número de monumentos catalogados de la provincia después de la capital y esa es una de las razones que atrae a un cuantioso número de turistas. En su oficina de Turismo facilitan suficiente información para que puedas recorrer el pueblo con las guías que ellos te ofrecen. Además, en cada casona o monumento el visitante encontrará un panel informativo con diferentes datos de cada uno.

La historia de su fundación se remonta al 800 a.C cuando los vecinos cántabros fueron los primeros pobladores de esta villa a la que bautizaron como Velliga. Luego llegaron los romanos, la tomaron y destruyeron construyendo una fortaleza amurallada a la que llamaron Barrutha (que significa lugar todo cercado). Entre los siglos VII y VIII aparecieron en estas tierras los godos quienes decidieron denominar al municipio Val de Espinosa debido a los abundantes espinos que crecían por la zona. Años más tarde los musulmanes lucharon contra los propios espinosiegos quienes tuvieron el suficiente valor y arrojo para vencerlos. Pero si hay un capítulo importante en la historia de Espinosa de los Monteros es, cuando en el año 1006 Sancho García, Conde de Castilla, en agradecimiento a un escudero al que quiso premiar por haberle advertido de una traición por parte de su propia madre, instaura la Compañía Monteros de Espinosa, dándole al fiel guardia y a todos sus descendientes el título de escoltas. En aquel momento su función fue la de proteger al conde tanto de día como de noche. Posteriormente, Felipe I el Hermoso, rey de Castilla, ordenó que las guardias se llevaran a cabo únicamente por las noches o en periodos de larga enfermedad que le mantuvieran postrado en la cama.
A partir de la creación de este cuerpo de soldados, la villa obtuvo diferentes privilegios como la concesión en 1501 de los martes para organizar el mercado semanal. Otra curiosidad es la confección en esta villa de las velas de las naves que configuraban la Armada Invencible en el año 1588. Asimismo, el nombre de Espinosa de los Monteros permanece inscrito en el Arco de Triunfo de París debido a que, en noviembre de 1808, el ejército francés derrotó a los españoles en la conocida batalla comandada por Claude Victor Perrin, General de las tropas napoleónicas.

Volviendo al presente, son muchas las opciones que ofrece este pueblo: como pasear por el centro y deleitarse con sus magníficos edificios señoriales. En la plaza se encuentra la iglesia Santa Cecilia que comenzó a construirse en el siglo XVI sobre otro templo y se concluyó dos siglos más tarde. El buen observador se dará cuenta de que los pilares de la iglesia están un poco inclinados debido a que está asentada sobre una morrena glaciar.

En la plaza Sancho García se encuentra el Ayuntamiento con los soportales, viviendas con magníficas galerías acristaladas, varios comercios y el distinguido Palacio de los Marqueses de Chiloeches del siglo XVI. Solo es necesario deambular por sus calles para comprobar el pasado histórico de la villa a través de sus imponentes construcciones como las torres de los Cantimplor, la de los Montero, la de los Azulejos, la de Pumarejo, la de los Velasco o la de los Herradores. Así como el Palacio de los Fernández Villa o la casona de los Marcide, entre otras.

Tampoco faltan parques y zonas de recreo para los más pequeños.

Y, tras la visita cultural, no debemos desaprovechar la ocasión de dar buena cuenta de los diferentes productos gastronómicos como los embutidos, las morcillas, los derivados del pato, su excelente carne de vaca, la miel y los elaborados con la leche de las vacas como la mantequilla que realizan artesanalmente desde el siglo XVII. En sus pastelerías no faltan las famosas pastas italianas o sus deliciosos hojaldres.
No hay duda de que existen muchos y buenos motivos para visitar Espinosa de los Monteros y sus alrededores con áreas verdes donde dejarse conquistar por la naturaleza.

 

FOTOS: ANDONI RENTERIA