HISTÓRICAS NEVADAS EN BILBAO

La nieve nos parece divertida, hermosa y saludable en algunas circunstancias pero, cuando día tras día sales a la calle y te la encuentras tan blanca y tan peligrosa, ya no te hace tanta gracia.
No es habitual ver nuestras calles o jardines luciendo ese frio y blanco manto , por eso nos hemos armado con nuestros móviles y cámaras de fotos y nos hemos echado a la calle para inmortalizar escenas como San Mames nevado, Artxanda , el Pagasarri, el parque de doña Casilda, el Arenal e infinidad de lugares y rincones
Nos parece que ha nevado mucho, pero la historia y la hemeroteca nos desvelan datos de otras nevadas importantes en nuestra villa.
Os hablaré de algunas de ellas para tener una idea de lo que han sido nuestros inviernos en los últimos tiempos.
Hace algo más de un siglo desde que empezaron a registrarse datos de las nevadas y, la primera de la que tenemos constancia es en Enero de 1881.
Marzo 1883
Primera vez que en este mes nuestras calles se cubren de nieve.
El “Noticiero bilbaíno” destaca en sus páginas el ahínco con el que barrenderos y empleados municipales limpian las calles con palas y escobones.
Invierno 1884-1885
Fue uno de los más intensos de finales del siglo XIX
Febrero de 1888
Concretamente el día 28 los termómetros marcaban -8ºC a las seis de la mañana; más que nieve lo que había era una helada de dos pulgadas de espesor.
Noviembre 1890
Una gran ola de frio azota la península y, en la Costa Cantábrica, la nieve cayó a nivel del mar. La temperatura descendió hasta los -5ºC
Enero 1891
El día 6 amanece con temperaturas gélidas y, algo en el ambiente, hacía presagiar una gran nevada, como así fue.
Los días posteriores el frío era insoportable; desapareció la nieve para volver a aparecer los días 18 y 19 del mismo mes.
Enero 1895
La nevada alcanzó los 10 cms de espesor.

Febrero 1902
Nuestra geografía se ve inmersa en una intensa ola de frío y temporal de nieve que produce una serie de desperfectos en la flota pesquera.
En el “Noticiero bilbaíno” destacan la cantidad de grupos de chicos y chicas que jugaban a arrojarse bolas de nieve.
El Ayuntamiento, mientras tanto, ponía en marcha la campaña para socorrer a los indigentes de la villa.
Mayo 1902
Se producen nevadas excepcionales para ese mes.
Los montes nevados en esa época era algo desconocido para los bilbaínos.
Diciembre 1903
Importante nevada en nuestra ciudad con temperaturas entre 1ºC y -5ºC.

Hasta 1920 casi tocó a nevada por año.
Durante seis años los temporales de nieve dieron una tregua a los bilbaínos pero, en las navidades de 1926, la ola de frio se desató en todo el país, considerándose la peor tempestad de los últimos 200 años hasta ese momento.
Febrero 1932
Varias nevadas dejaron su manto blanco en los tejados de nuestra villa.
Enero 1945
Un mes memorable en cuanto al frío se refiere. Lo llamativo de estas nevadas fue la duración, ya que a causa del frío no se desheló hasta pasados varios días.
Febrero 1954
La tradición popular la denomina como la mayor de todas las nevadas del siglo pasado, con hasta 35 cms de espesor.

Invierno 1955

La ciudad gris se convirtió en blanca.

1955

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1956
Febrero 1956
El mes más frío del siglo XX en Bilbao. Tres fueron las nevadas que cayeron en la ciudad del Nervión.

Esta foto pertenece a un partido en San Mamés de los cuartos de final de la Copa de Europa en la temporada 1956-1957

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Febrero 1963
Es menos conocida pero, importante también. Los termómetros descendieron a los -8,6ºC.
Para terminar esta lista de temporales invernales, la de enero de 1985, aquella sí la conocí y la recuerdo bastante bien.

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Los 25 cms de nieve hicieron que nuestra ciudad se paralizara en actividades como las escolares o deportivas.
Las conclusiones de los expertos son claras: Ya no cuaja la nieve como hace un siglo y los motivos parecen ser el aumento de las temperaturas y la mayor actividad urbana.

Las fotos son de Internet

GLOBOS POR UNA BUENA CAUSA

10904727_721304691311014_1282556140_nHace unos meses cuando ví por primera vez un reportaje sobre una familia bilbaina con tres niños preciosos, no imaginé que podría colaborar con ellos.

Estos niños sufren una de esas enfermedades raras, concretamente El síndrome de San Filippo. Se trata de una enfermedad degenerativa que ataca al sistema nervioso central.

Las personas que lo padecen tienen serios problemas de aprendizaje, de crecimiento e incluso sus rasgos físicos se ven afectados.

Es un tema serio en el que se está invirtiendo poco dinero para su estudio, por eso, todos debemos ayudar y colaborar con lo que podamos. Entre todos debemos conseguir la cantidad necesaria para que los científicos consigan una cura.

Me enteré de que la Asociación Stop San Filippo necesitaba voluntarios y no lo dudé: Yo sería una de ellos. Me puse en contacto con la asociación y me ofrecí para colaborar.

Me comentaron que podría vender globos solidarios en un puesto en la plaza del Arriaga, me pareció una fantástica idea. Se lo expuse a mi amigo Andoni y estuvo de acuerdo.

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Hoy, día 30 de diciembre, a las cinco de la tarde, junto con Isa, Jaiza y Janire, tres mujeres maravillosas, tambien voluntarias, hemos montado el puesto de venta.

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A los pocos minutos ya habíamos vendido más de cincuenta globos rojiblancos.

La gente que pasaba se acercaba; algunos sabían en qué consistía la campaña, a otros se lo hemos explicado, pero todos, colaboraban de una manera o de otra.

 

Ha habido quien no ha querido los globos pero ha hecho un donativo, otros, después de pagarlos, dejaban una propina, alguna persona nos ha llegado al corazón porque no podía permitírselo pero, aún así, ha comprado un globo. Pero, todos, sin excepción, nos deseaban suerte, nos decían que había que conseguirlo por estos niños.

No os negaré que hemos pasado frío, si, bastante, pero el calor de las sonrisas de la gente ha compensado las bajas temperaturas.

He de agradecer a todos los amigos que me siguen en Facebook que se han acercado a comprar globos, a saludarme y sacarse fotos conmigo.

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Ha sido una tarde que jamás olvidaré, he recibido mucho más de lo que he dado. Mis compañeros en el puesto han sido fabulosos, buena gente a la que siempre llevaré en mi corazón y espero volver a encontrarme.

He llegado a casa emocionada, feliz y con la certeza de que los bilbainos somos solidarios. Los bilbainos tenemos un corazón tan grande como nuestra Catedral.

Espero que se sigan vendiendo muchos globos de los deseos y que en estos días las fachadas de los edificios luzcan con los colores rojo y blanco.

GRACIAS A TODOS.