RECOGIDA DE BASURAS

La ría, nuestra arteria principal, ha sido testigo de muchas historias a lo largo de los siglos y, también, ha sido escenario, sin ella quererlo, de muchas atrocidades como el hecho de que se arrojaran en ella las basuras de los hogares bilbaínos desde tiempos inmemoriales.
Cuando bajaba la marea se podían ver todos aquellos desperdicios y, lo que era peor, se podían oler.
Ya en 1415 las ordenanzas municipales prohibían esta insalubre práctica sancionando a los que incumplieran la ley con diferentes penas. Según aquellas ordenanzas los vecinos debían depositar sus basuras en unas embarcaciones destinadas a ello, que luego las transportarían hasta la zona de Erandio.
El punto de amarre del batel iba cambiando. Unas veces era el Hospital de Atxuri, donde en el año 1761 se construyó un contenedor de recogida de deshechos, otras veces en Carnicería Vieja o en el muelle de Urazurrutia.
La zona de “desembarco” era un problema, ya que los habitantes más cercanos a la ría no estaban de acuerdo en que se depositaran allí. Finalmente, se decidió arrojar todas aquellas basuras en unos solares alejados de la ciudad donde pudieran secarse al sol para así ser vendidos como abono.
Los encargados de este servicio ya eran unos ecologistas sin ellos saberlo puesto que separaban los trapos, el vidrio y los metales de la basura orgánica.
No faltaron los espabilados que vieron en las inmundicias ajenas una fuente de negocio. Iban por los domicilios recogiendo aquellos cubos para echarlos en las embarcaciones pero antes los revisaban por si hubiera algún objeto de valor para quedárselo.
El Ayuntamiento puso al servicio de los ciudadanos un carro tirado por bueyes y conocido como “El carro de la sarama”. Circulaba por las calles mientras su conductor hacía sonar un cornetín como señal para que las amas de casa bajaran con sus cubos a vaciarlos en este curioso transporte.
Este sistema tuvo sus detractores por el hedor que desprendía un carro descubierto. Poco a poco se fueron ideando sistemas como los camiones de motor de gasolina forrados de zinc, cubiertos y con volquete.
¡Cómo han cambiado los tiempos! ¿Os imagináis ahora bajando a la calle con las bolsas de basura a ritmo de cornetín?

basura

Foto cogida en Internet y utilizada en el Blog de César Estornes