EL CARGADERO

En el siglo XIX el aspecto de la ría de Bilbao no era como la conocemos actualmente. Había elementos que ya no existen, como el cargadero de Olabeaga.
Para muchos barcos que subían la ría para descargar el género, era difícil atracar en el Arenal; por lo que lo hacían unos kilómetros antes de llegar.
Las mujeres jugaban un papel fundamental en aquella tarea; tanto las sirgueras, quienes atadas a una cuerda acercaban la gabarra al muelle, como las cargueras que acarreaban los productos, generalmente mineral de hierro.
Con el objetivo de dar servicio a las varias minas del entorno la compañía ferroviaria construyó en 1894 un cargadero; de tal manera que el mineral llegaba en tren desde las minas Morro, Josefa, San Luis, María La Chica y Abandonada hasta los muelles de Olabeaga.
La construcción, la primera que se llevó a cabo, se trató de un espigón de madera colocado en perpendicular al muelle y que sobresalía unos seis metros del camino de las sirgueras por encima de las aguas de la ría. Se sujetaba con unas maderas clavadas en el fondo de la ría y en el muelle. Se formaba de dos plataformas: la más pequeña era para los empleados y la grande disponía de raíles para que las vagonetas con el mineral llegaran hasta el final, volcaran la mercancía y se deslizara por una tolva a la bodega del barco.


Este cargadero fue sustituido por uno de hormigón en la segunda década del siglo pasado; a la vez se cambiaron las vagonetas por unas cintas transportadoras que facilitaron el trabajo y aumentaron la capacidad de carga.
Cuando se creó el puerto exterior de Bilbao ya no tenía sentido el cargadero y ya hace varias décadas que desapareció. Solo nos queda el recuerdo en imágenes en blanco y negro como la que ilustra este texto.
Foto fechada en 1932 y propiedad de la Autoridad Portuaria de Bilbao.