Tras 125 días de asedio por parte del ejército carlista, el 2 de mayo de 1874, las tropas liberales levantaron el bloqueo a la villa de Bilbao. Durante aquel sitio, algunos hombres de entre 18 y 60 años, se ofrecieron como voluntarios para apoyar a los ejércitos liberales que combatían en el frente. Estos improvisados soldados fueron conocidos como “Auxiliares”
Al principio, su lugar de reunión, era bajo el desaparecido Tilo del Arenal, donde comentaban la situación y el desarrollo de la contienda. Poco a poco iban consolidándose como asociación. Y, el 19 marzo de 1875, crearon la Sociedad “El Sitio” con sus propios estatutos, donde se definen como una agrupación de carácter abierto y liberal que fomenta el recreo y la cultura.
En diciembre de 1890 se inauguró el “Palacio de las libertades”, nombre que le dieron a la nueva sede proyectada por el arquitecto Severino Achúcarro en la calle Bidebarrieta, en pleno Casco Viejo, que fue subvencionada con el dinero aportado por la alta burguesía bilbaína.
Se trata de un majestuoso edificio de estilo ecléctico en el que destaca su gran escalinata, su preciosa vidriera realizada en Amberes o su elegante salón de actos decorado por Anselmo Guinea, donde pronunciaron discursos diversas personalidades de la cultura o de la política como Unamuno, Ortega y Gasset, Lorca, Azaña o Alcalá Zamora.
Una cafetería, un gimnasio, un salón de baile o una escuela de esgrima eran algunas de las variadas actividades de este club social que, en 1937, en plena Guerra Civil fue clausurado y sus bienes fueron incautados por el Estado quien, posteriormente, vendió todo lo confiscado al Ayuntamiento de Bilbao.
Tuvieron que pasar más de cuatro décadas para que la Sociedad El Sitio apareciera nuevamente reactivada por un grupo de bilbaínos liberales, con el objetivo de impulsar la cultura tradicional y promover valores como la libertad y la tolerancia. Actualmente continua su actividad cultural ofreciendo charlas, conferencias y muchas iniciativas de carácter liberal.
Desde 1956, la que fue su sede, se transformó en la Biblioteca Municipal de Bidebarrieta, uno de los centros culturales más importantes de la villa, que cuenta con un fondo de cien mil libros, de los cuales, gran parte son los incautados por el Estado durante la guerra.
(Foto actual de Andoni Renteria)