Si el otro día dediqué esta sección a los lavaderos y la limpieza de ropa de los bilbainos del siglo pasado, hoy os hablaré de cómo paliar las malas condiciones higiénicas de nuestros antepasados ya que, las viviendas de entonces, carecían en su mayoría de bañeras. En algunas familias se apañaban con baldes para los niños; los adultos se lavaban por partes.
En el año 1904 se proyectó construir un edificio para duchas públicas y gimnasio, pero se descartó porque el solar que querían destinar a ello se dedicó, finalmente, a la edificación de la Alhóndiga Municipal.
Doce años después se inauguraron unos baños en el semi-sótano de las escuelas de la calle General Concha que permanecía vacío, sin uso alguno.
Veintiseis fueron las cabinas que habilitaron para conseguir cuerpos limpios y sanos, ya que se quiso inculcar la idea de que la limpieza era necesaria para una buena salud; se trataba de enseñar a los escolares a cuidar su higiene personal promoviendo la ducha.
Muchos trabajadores utilizaron este servicio que pagaban sus empresas, ya que, por el artículo 950 de las Ordenanzas Municipales estaban, los empresarios, obligados a contar en sus instalaciones, con una ducha para cada treinta obreros, pero muchas empresas prefirieron pagar los 15 o 20 céntimos (según fuese con agua fría o caliente), en vez de construir duchas en los lugares de trabajo.
El primer año se registraron 53886 servicios que proporcionaron un beneficio de 378,45 pesetas, habiendo descontado los gastos.
El tiempo medio que duraba cada baño era de veinte minutos; tiempo que intentaron reducir a los quince minutos para ahorrar en agua.
Afortunadamente, ya no debemos acudir con nuestro neceser y toalla a las duchas públicas. Los tiempos cambian, en algunos casos para bien.
Pues si, que suerte tenemos de dar a la ducha y salga ese chorro bilbaino que nos deja como soles. 15 o 20 céntimos las duchas quien iba ha decir que ahora pagaríamos el agua fría y caliente a los precios actuales. Los de antaño les habría dado un esparraque.
Todo lo que fuese y sea por higiene, genial!
Muchos sábados hice uso de esas duchas al salir de currar
¡¡vaya!!