PUENTE ZUBI ZURI

Zubizuri, puente blanco en euskera, es una pasarela que, en sus veinte años de vida, no ha estado exenta de polémica, llenando muchas páginas en prensa; además de haber sido objeto de innumerables conversaciones entre los bilbaínos.
Este proyecto vino a dar solución a uno de los mayores problemas que ha tenido Bilbao en su historia: cruzar la ría. En este caso, la pasarela peatonal se pensó para unir las dos orillas entre el Campo Volantín y el Ensanche. El Ayuntamiento encargó esta obra al afamado arquitecto Santiago Calatrava cuyos diseños son muy valorados internacionalmente.
Fue inaugurado el 30 de mayo de 1997 tras siete años de trabajos. Realizado con una estructura de acero inoxidable, pintado de blanco y con un peso que ronda las trescientas toneladas, se mantiene suspendido gracias a los dos soportes de hormigón situados en las dos riberas, donde también se encuentran las escaleras y las rampas de acceso. El tablero por el que miles de personas transitan a diario le confiere un aspecto ligero que cuenta con una vistosa iluminación nocturna. Precisamente, es este paso el que ha sido objeto de muchas críticas debido a que, las baldosas de cristal que favorecen el juego de luces nocturnas también favorecen las caídas en los habituales días de lluvia de Bilbao. La solución llegó cuando se colocó una alfombra que, cada cierto tiempo, sustituyen por otra nueva.

En 2006, tras la construcción de las torres Isozaki, el Ayuntamiento autorizó al arquitecto japonés, Arata Isozaki la realización de una pasarela que las uniera al puente para una mayor accesibilidad. Santiago Calatrava no estaba de acuerdo ya que consideraba que estropeaba su diseño inicial. Sin embargo, el entonces alcalde Iñaki Azkuna apoyado por el resto de ediles, consiguió que prevalecieran los derechos de los ciudadanos frente a los del señor Calatrava. Después de varios juicios, el consistorio bilbaíno, como indemnización por daños morales, tuvo que pagar treinta mil euros al arquitecto; cantidad que este donó a la Real Casa de La Misericordia de Bilbao.

Finalmente se logró ampliar la pasarela y, actualmente, este puente está considerado uno de los proyectos que cambiaron el paisaje bilbaíno y lo convirtieron en la ciudad que hoy todos conocemos, transformando la imagen de la ría y, por tanto, de Bilbao.

FOTOS: ANDONI RENTERIA

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