LA PISTA DE HOCKEY DE SANTUTXU

Santutxu es el barrio más populoso de Bilbao y siempre se dice que tiene de todo. Es cierto. Es un gran barrio con muchos comercios, actividades culturales y sociales, centros deportivos y… hablando de deporte, existe una plaza que albergó durante varios años una pista de Hockey en patines.
Me estoy refiriendo a la plaza Federico Echevarría, llamada así por el empresario y político nacido en Bilbao en 1840 y conocido, fundamentalmente, por sus negocios en el sector metalúrgico llegando a fundar en 1920 la primera fábrica que produjo aceros especiales en España: Echevarría S.A. También intervino en diferentes asociaciones e instituciones siendo elegido concejal del Ayuntamiento de Bilbao entre 1874 y 1876. Él fue quien donó el terreno donde se ubicó la pista; aunque, en la actualidad, es propiedad del consistorio bilbaíno, quien invirtió más de un millón cien mil euros en la reforma de la plaza en el año 2014. Ya se jugaba a este deporte en los terrenos de la fábrica de Etxebarria pero, al no ser un lugar adecuado, la propia empresa cedió el espacio entre las viviendas de aquellos trabajadores. En los años setenta el solar se cedió a la Asociación de Comerciantes de Santutxu por la cantidad simbólica de una peseta y la pista se inauguró en 1979.

Bautizada como pista de Basarrate o de Etxebarria, incluso, Catedral del Hockey Vasco, este terreno de juego se convirtió en un punto de encuentro para todos los aficionados a este deporte sobre ruedas. No le faltaba la tribuna donde los aficionados animaban a su equipo, aunque también hay voces que aseguran que servía como refugio para parejitas que daban rienda suelta a su amor o para los que cayeron en la droga y les servía como lugar donde hacer uso y abuso de aquellas malas costumbres de los años ochenta del siglo pasado. Pero, no solo se jugaba a hockey en esta pista hoy desaparecida. También se disputaron encuentros de futbito, balonmano, baloncesto; así como exhibiciones de danzas o deportes rurales.
Hasta dos mil personas se daban cita los domingos para ver a los jóvenes del Santutxu Hockey rodar sobre sus patines con el stick en la mano.
En 1983 se disputó un partido importante con la selección de Euskadi y la de Cataluña en la que, incluso, el director de orquesta Urbano Ruiz Laorden interpretó los himnos de ambos equipos.

Para tristeza de muchos, el hecho de no contar con una cubierta fue motivo suficiente para demoler esta cancha. En marzo de 2014 se realizó un homenaje a todos los que habían jugado en este lugar, con aurresku de honor, dantzaris y, por supuesto, un partido de los veteranos. Aquella jornada puso punto y final a una época que, a tenor de lo que aseguran los vecinos, fue entrañable y de la que conservan muy buenos recuerdos. Casi ocho años después de haber desaparecido la pista, los residentes en la zona, pueden disfrutar de una plaza con zonas verdes, bancos y aparatos de gimnasia.

En la actualidad, el equipo Santutxu Hockey Taldea entrena en el polideportivo de Txurdinaga.

FOTOS ACTUALES: ANDONI RENTERIA

FOTO ANTIGUA: EL DESMARQUE

LA CASA AMERICANA

En los años cincuenta del siglo pasado,  Bilbao contaba con varias zonas de chabolas o viviendas distribuidas en las laderas de los montes que nos rodean que carecían de salubres condiciones de habitabilidad. Sus moradores se hacinaban en enclenques edificaciones que, en su mayoría, se construían de noche para burlar los problemas legales que aquello suponía.
Pero, llegó un momento en el que las autoridades y el sentido común decidieron cambiar esa situación y comenzaron a proyectar urbanizaciones que garantizaran unos mínimos requisitos higiénicos.

Debido a la preocupación por conseguir unas buenas condiciones, en el año 1963 se convocó un concurso por parte del Ayuntamiento de Bilbao para la edificación de más de doscientas viviendas en el barrio de San Ignacio que garantizaran una buena calidad de vida. No era mucho el presupuesto con el que contaban, pero Rufino Basáñez supo ingeniárselas para ser el elegido junto con dos compañeros de profesión y realizar el encargo con materiales de calidad; siendo un ejemplo de construcción y urbanismo radical en España. Su inspiración fue un edificio marsellés firmado por el arquitecto suizo Le Corbusier, aunque con algunas diferencias de tamaño y altura. El grupo Pedro Astigarraga, que así se llama, se inauguró cinco años más tarde.

Una de las más vistosas características y que le da el sobrenombre de Casa Americana es la distribución de las viviendas en unos largos pasillos exteriores, así como sus escaleras. Ahora nos parece normal pero, en su momento, hubo arquitectos que aseguraban que aquel proyecto transgredía las ordenanzas.
No cabe duda de que, hace más de cincuenta años, resultó ser una idea innovadora frente a la monotonía de las habituales construcciones de viviendas sociales; tanto es así que, en octubre de 2013, recibió el reconocimiento como Patrimonio Arquitectónico del Movimiento Moderno otorgado por la Fundación Docomomo.

 

FOTO: ANDONI RENTERIA