CARNAVALES TRANQUILOS

Mucho han cambiado los tiempos y la manera de festejar las fechas señaladas.

En el año 1935 los carnavales destacaron por ser bastante aburridos, incluso en algún periódico, deseaban que las fiestas transcurrieran tranquilas y que «el carnaval solo se notara en las salas de baile».

Nada tenían que ver con los de finales del siglo XIX que, durante tres días, una explosión de humor y libertinaje invadía la villa.

La fiesta comenzaba en la calle Santa María frente a la casa del Gobernador Civil, donde le solicitaban permiso para desfilar por las calles cantando unas coplillas.

En aquella época destacaba una comparsa formada por niñas y niños de entre 10 y 12 años llamada LOS NEGRITOS. Con la cara pintada de negro, ropa negra y sayas rojiblancas se movían con destreza al ritmo de ingeniosas coplas.

Otra comparsa era la formada por pintores de brocha gorda en paro. También la de los zapateros bien vestidos tuvo mucha fama.

Todas estas agrupaciones hacían su pasacalles hasta los Campos Elíseos donde se organizaban danzas de lo más variopintas.

En 1935 los bailes se celebraban en el Carlton, la Bilbaina o la Sociedad el Sitio.

Por otro lado, no eran tiempos muy buenos ya que el paro aumentaba día a día y la situación económica de los bilbainos se encontraba bastante resentida como para pensar en jolgorios.

Los tiempos cambian y, a pesar de que también ahora sufrimos una crisis, la alegría no la perdemos.

foto bilbao ayer

FOTO: Plaza Arriaga, tomada del blog MEMORIAS DE GETXO.