ATRACCIONES PARA EL RECUERDO

Los de mi generación lo recuerdan perfectamente. Recuerdan el autobús que partía de la plaza del Ensanche lleno de jóvenes con ganas de divertirse cargados de mochilas con bocatas y que, horas después, nos bajaría de nuevo, después de esperar una larga cola, al mismo lugar.
Recuerdan las pirámides, la montaña rusa, el zoo, la piscina, la casa encantada, los cars…y muchas cosas más que permanecerán con nosotros aunque una excavadora arrastre todo lo que una vez fue el Parque de Atracciones de Bilbao.
Situado en la ladera del monte Ganguren ocupaba 10 hectáreas de terreno.
A principios de los 70 la Diputación Foral de Bizkaia impulsó una iniciativa para crear un parque de entretenimiento al aire libre.
Esta institución otorgó a la Sociedad Parque de Atracciones de Vizcaya S.A. la construcción de este lugar que serviría para diversión de personas de todas las edades. En esta sociedad participaban tres entidades financieras y la gestora Parque de Atracciones de Madrid.
Las obras comenzaron en 1973 y, un año después, se inauguró el que sería durante quince años el mayor parque de atracciones de Bizkaia, incluso se aseguraba que, durante un tiempo, fue el más moderno y mejor parque de Europa.

Parque atracciones
Se utilizaron 13 toneladas de dinamita para remover 300 000 metros cúbicos de tierra y la inversión económica fue de 515 millones de pesetas.
La plantilla de trabajadores estuvo formada por 130 personas.
En 1975 la afluencia de público fue de 447 000 personas en todo el año.
Contaba con numerosas y variadas atracciones para todos los públicos y edades. Nadie se aburría en sus tiovivos, campamentos indios, casas encantadas, pista de cars, montaña rusa, gusano loco y muchísimas más. En los primeros años se inauguraba una atracción por temporada.
Tampoco faltaba una piscina que había que pagar aparte y que no era muy utilizada. Un anfiteatro en el que se podía disfrutar de muchas actuaciones en un gran escenario, un mini zoo donde los animales se alojaban en un edificio de hormigón y en unos estanques exteriores, completaban las instalaciones.
No faltaban cafeterías, restaurantes y tiendas de golosinas, así como un impresionante aparcamiento gratuito en el exterior.

Fuente parque atracciones
La forma de pago fue diversa. Al principio se abonaba una entrada de entre 10 y 20 pesetas por acceder a las instalaciones, pero luego en cada atracción debías pagar un importe para obtener el ticket. Más tarde aumentó el precio de la entrada pero podías montarte en casi todas las atracciones por ese precio, excepto en los kars, las motos y la selva mágica.
El horario también fue variando. Al inicio de su actividad el parque abría todos los días de marzo a septiembre, fines de semana y festivos de todo el año. Luego se fue limitando el horario y se decidió cerrar durante el invierno. No tenía mucho sentido que permaneciera abierto con la meteorología de nuestra ciudad.
Hubo un tiempo en los años 80 que solo se abría los sábados por la tarde y los domingos todo el día hasta las nueve de la noche.
Poco a poco iba decayendo el interés por tan magnífico parque. Fueron muchos los factores que llevaron al cierre. Por un lado el tiempo no acompañaba para disfrutar de unas instalaciones al aire libre. También la zona, tan alejada de Bilbao, con tan mal acceso por carreteras sinuosas hacía interminables las subidas y las bajadas provocando retenciones de hasta una hora.
Fue mucha la publicidad tanto en prensa escrita como en cuñas publicitarias que nos hablaba a diario de la diversión de este parque, de sus atracciones y de lo felices que seríamos si subíamos a comprobarlo.
Varios logotipos fueron distintivos de este, hoy, olvidado lugar. Desde un árbol con una noria, hasta un txinbo o un basajaun.
Todos los intentos de conservación fueron en vano. En el año 1985 empezó el declive que fue imparable a pesar de los grandes esfuerzos y la ampliación de capital.
El que fuera un centro de diversión y entretenimiento de tantos y tantos bizkainos cerró definitivamente sus puertas en 1990 y los únicos que pueden acceder son los empleados de seguridad que cuidan de estos fantasmas de hierro día y noche.
Este año 2016 será demolido totalmente para disgusto de muchos que llevamos en nuestro corazón recuerdos imborrables de aquellos felices días de infancia y juventud.
Hace unas semanas subí a tomar alguna fotografía desde el exterior, por supuesto.

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Los ladridos de varios perros me dejaron bien claro que mi presencia allí no era muy grata. Aun así me acerqué lo que pude mientras mi mente volaba a los años 80, a mi cuadrilla, al grupo Mecano que pude ver en directo, a las carreras para ponernos en la cola de la atracción de moda, a las risas frente a aquellos espejos que distorsionaban la imagen y te hacían parecer un globo o un alambre.
Os dejo algunas imágenes que seguro os harán recordar.

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FOTOS: Tanto las de blanco y negro tomadas hace 30 años, como las actuales son de ANDONI RENTERIA.