HORNO DE LA MINA SAN LUIS

La historia de Bilbao no sería la misma sin sus minas de las que se extraía el mineral de hierro que luego se transportaba en vagonetas hacia los muelles y, de allí, en gabarras, hacia los grandes barcos que esperaban en la desembocadura de la ría.
En la plaza Saralegi, en el barrio de Miribilla, un horno de calcinación permanece como vestigio de aquella época. A su lado, una vagoneta y una placa en la que se puede leer en euskera y castellano: “Horno de calcinación donde se transformaba el carbonato de hierro (Siderita) en óxido de hierro”
El horno de calcinación Saralegi debe su nombre a un caserío que existió en este lugar. Fue construido en los años cuarenta del siglo pasado por la empresa Gracia y Cía y se utilizaba para calcinar el mineral que se extraía de la mina San Luis hasta 1960 cuando cesó su actividad. Además de esta, la de Malaespera, la Abandonada y la del Morro al otro lado de la ría, fueron otras de las minas que albergaban en su interior los mejores recursos de hierro después de las de Ortuella, Sopuerta y Somorrostro.


Este horno fue concebido con una base cilíndrica de mampostería de piedra que medía 4,50 metros de diámetro, en cuyo interior se hallaba una tolva de descarga situada bajo el cono de hierro, con el objetivo de facilitar la descarga del material y no utilizar las puertas del propio horno.
Al lado del horno disponían de un lavadero que utilizaba el agua para separar la arcilla de los minerales sólidos que, luego, se transportaban por una cinta donde los trabajadores seleccionaban a mano los diferentes minerales tales como caliza, gabarro o carbonato de hierro.
Debajo de las viviendas de Bilbao La Vieja quedan las galerías de aquellas minas. Y, en el muelle Marzana a la altura del número 2, existe una puerta que da acceso al túnel por donde circulaban las vagonetas hasta la ría, de la desaparecida mina San Luis.

FOTO: ANDONI RENTERIA