TXIRENADA 2020

Esta tarde, en el claustro del Euskal Museoa en el Casco Viejo, se ha entregado el premio TXIRENADA 2020 al dibujante y escritor costumbrista bilbaino Tomás Ondarra, autor del “Diario ilustrado del confinamiento de un athleticzale”, que realizó día tras día durante el periodo del confinamiento del pasado año.
En cada edición, la Orden Botxera de Farolín y Zarambolas se encarga de distinguir a alguien que durante el año ha destacado por alguna acción divertida, curiosa, significativa, solidaria y txirene.
Esta orden se creó en 1999 junto con la Konpartsa Moskotarrak quienes, desde entonces, se reúnen el primer lunes después de Reyes para proponer los candidatos a Farolín y Zarambolas, personajes del carnaval bilbaíno. En 2007 la Orden estableció, también, “La Txirenada del Año”, que reconoce la ocurrencia más txirene que refleje el espíritu bilbaíno, fusionando la “farolada” y la “zarambolada”. El premio consiste en un diploma enmarcado dibujado por el fallecido artista K-Toño Frade hijo, en el que se reproduce la antigua vidriera del café Boulevard.

Faltaban unos minutos para las siete de la tarde y ya comenzaban a llegar muchas caras conocidas de la “movida bilbaína”, o lo que es lo mismo: bilbaínos habituales en diferentes eventos, actos solidarios, festivos o culturales de la villa. También han asistido algunos de los Farolín o Zarambolas de los últimos años; así como la Concejala de Fiestas, Itziar Urtasun y la coordinadora del Euskal Museoa, Sorkunde Aiarza.

El acto ha comenzado cuando José Mari Amantes, miembro de la Orden Botxera y de la Konpartsa Moskotarrak ha dado la bienvenida a todos; ha ido mencionando los premios TXIRENADA desde que comenzaron a entregarse y ha concluido presentando a Tomás Ondarra, el flamante galardonado 2020.

Tomás Ondarra, tras recibir el diploma ha agradecido a todos la asistencia y ha explicado brevemente cómo se gestó este diario de un athleticzale durante el confinamiento. Ha contado que, cada mañana, escribía dos hojas narrando lo que sucedía con la pandemia y datos curiosos del Athletic. Aquellos textos y dibujos se fueron haciendo virales en las redes sociales, hasta que le propusieron publicarlo mediante un crowdfunding. En un día reunió el dinero necesario para la impresión del libro y todavía sobró para donar cuatro mil euros a la ONG MEDICOS DEL MUNDO.

Tomás se ha mostrado muy feliz y ha tenido un bonito recuerdo para el creador del diploma, K-Toño Frade que hoy hubiera cumplido años.
Al terminar, y debido a las normas del COVID-19, no se ha celebrado como en otras ediciones con un vino o un canapé. Sin embargo, hemos podido disfrutar de la música del txistulari Joselu Angulo que fue Zarambolas en el carnaval 2020.

FOTOS: ANDONI RENTERIA

Pitarque, un vividor.

Uno de los personajes más txirenes que ha dado la historia de Bilbao es, sin duda, José Luis Pitarque.
Pitarque (a secas) fue alguien que supo como nadie “vivir del cuento”. Todavía hoy se le denomina así a alguien que vive como un rey.
Su elegancia en el vestir con buenos trajes eran su señas de identidad, además de ser un tipo simpático, con don de gentes, ocurrente y muy inteligente.
Vivió en nuestra ciudad en la primera mitad del siglo pasado.
Una de sus especialidades era la de acudir a banquetes de boda sin haber sido invitado.
Al principio iba a todos los restaurantes donde se celebraba algún festín pero, con el tiempo, fue eligiendo los que le parecían de mayor calidad.
Entraba en el comedor ataviado para la ocasión y, se desenvolvía con tanta naturalidad, que los invitados de la novia pensaban que había sido convidado por el novio y los del novio pensaban justo lo contrario.
Tan seguro de sí mismo estaba que, a veces, pronunciaba un discurso para agasajar a los novios.
Terminado el ágape abandonaba el local haciendo una crítica, para sus adentros, de todos los manjares que había saboreado.
Tanta fama cogió, que se decía que un banquete no era igual sino aparecía Pitarque, ya que entonces se entendía que el menú sería de calidad.
Cuando no acudía a bodas se dejaba caer por diferentes bares y locales de la villa. Siempre bebía gratis gracias a su ingenio y su caradura.
Fue amenazado con aplicarle la ley de vagos y maleantes si no encontraba un trabajo. Entonces se dirigió a una ferretería y encargó cuchillas de afeitar que vendía por los bares, alegando que eran cuchillas para “Caraduras”
En sus últimos días, ingresado en un hospital, fue preguntado por su profesión y, sin ningún tipo de reparo, anunció que era “fabricante de cañones”. No mentía, desde luego dejaría muchos “cañones” en los locales de nuestra ciudad.
Pitarque siempre será conocido como un pícaro inteligente y, sin embargo, querido.
Pitarque