La antigua fábrica de Echevarría que, para algunos, es un recuerdo muy vago, comenzó a gestarse en 1878 cuando José Echevarria y sus hijos Federico y José adquirieron el caserío Rekalde y sus terrenos, en la zona de Begoña.
La parte más baja de aquellas hectáreas se la vendieron a la Fábrica Municipal de Gas.
Su actividad comenzó con un taller de laminación y estampación de hojalata.
Poco a poco iban ampliando el negocio y comprando más terreno. En 1886 comenzaron a fabricar clavos de herrar que distribuían por todo el mundo.
En 1894 Federico Echevarria llegó a un acuerdo con Frederick Siemens para instalar el primer horno de acero de esta marca en España.
Los casi 23000 metros cuadrados de los terrenos Recalde comenzaban a ser insuficientes, por lo que Echevarria adquirió las fábricas de alambres Santa Ana en Castrejana y la Fundición de hierro de Santa Águeda.
En 1903 formó la sociedad Federico Echevarria e hijos la cual producía al año 2500 toneladas de acero.
Diecisiete años después pasó a ser Echevarria Sociedad Anónima, empresa de fabricación de aceros finos y especiales con el nombre en el mercado HEVA.
En 1963 ya se hacía imposible trabajar en este espacio que era totalmente insuficiente, así que decidieron su traslado a Basauri.
A partir de 1980 ya no hubo actividad y siete años más tarde, siendo alcalde el Sr. Gorordo, el Consistorio bilbaíno realizó la compra de estos terrenos que, tiempo después, pasaría a ser uno de los pulmones de Bilbao.
Para el recuerdo nos queda su ya famosa chimenea.
Pedazo imágenes! Ahora al menos si q es un parque de verdad.
Gracias por hacerme volar al jardín de los recuerdos. Yo vivía en la calle Doctor Alberca. ¡Cómo se nos ponía la ropa de hollines a veces en verano!
Gracias a ti por leerlo. Un abrazo
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Gracias por compartir
Soy bilbaíno residente en Barcelona desde hace 47 años y trabajé de joven en Echevarría S.A. ubicada en Begoña. Me gusta las fotos y comentarios de aquellos años del Bilbao gris y lluvioso pero era el de mi vida infantil, adolescencia y juventud hasta que tuve que partir.
Gracias por tu comentario. Te mando un abrazo grande desde el Botxo.