Hoy he asistido a una cabalgata muy especial que no saldrá en prensa ni en televisión.
Una cabalgata en la que no había confetis, ni caramelos, ni camellos, ni carrozas de ensueño… pero sí había algo muy importante: había ternura. Grandes dosis de ternura.
La cabalgata de la Casa de la Misericordia en Bilbao la organiza todos los años la Academia del Cerdo “Txarriduna”. Ellos son los encargados de llevar un rato de alegría e ilusión a los residentes.
A las cinco de la tarde, sus majestades Melchor, Gaspar y Baltasar acompañados de sus pajes, estaban preparados para desfilar por los pasillos de tan venerada institución, para entregar regalos y, sobre todo, sonrisas y caricias a todos los que allí esperaban la llegada de los magos.
Antes de salir nos hemos tomado unas fotos para el recuerdo y, por supuesto, ha habido tiempo para el buen humor.
Mikel Bilbao ha sido el encargado, con su txistu, de amenizar la cabalgata, junto con el grupo de gaiteros OS AGARIMOS de Masustegui.
Las cuidadoras han animado con sus bailes y su simpatía.
Todo el personal de la institución se ha portado maravillosamente con nosotros, con sonrisas y palabras amables.
El recorrido por todas las estancias ha durado algo más de una hora que se nos ha hecho muy corta, porque realmente lo hemos disfrutado viendo a los ancianos disfrutar.
También hemos visitado la cocina donde su personal ha posado para una foto muy entrañable.
Realmente, no se me ocurre mejor manera de pasar una tarde de Reyes, que haciendo un poquito más feliz a estas personas que ya no tienen la vitalidad que tenían hace años pero que, en sus ojos, se puede ver agradecimiento.
Gracias a la Academia del Cerdo “Txarriduna” por ofrecerme la posibilidad de asistir y por realizar estas magníficas acciones sociales.
FOTOS: ANDONI RENTERIA.