Hoy me alejo de Bilbao unos 22 kilómetros, me dirijo por la A8 dirección Cantabria y en el desvío de Zierbena-Gallarta me salgo para subir hacia el polígono industrial El Campillo. Sigo la carretera hasta la Arboleda. Una vez en el pueblo, por un camino hacia la derecha, me dirijo al Centro de Interpretación Ambiental Peñas Negras.
Este edificio se encuentra en plena naturaleza. Dispone de un amplio aparcamiento donde estaciono el vehículo. La entrada es gratuita y abren todos los días en horario de mañana y tarde. Por una puerta accedo a una sala que alberga una exposición de fotos y de paneles explicativos donde se cuenta la historia de este zona minera, de cómo extraían el mineral, de cómo se forma, o de cómo se transportaba.
En una vitrina, el tranvia aéreo de vagonetas, se pone en marcha para mostrar a los visitantes el funcionamiento y, explicar así, cómo bajaban a Gallarta el hierro conseguido de las rocas de estos montes.
Desciendo por unas escaleras y me encuentro con una estancia grande de cuyas paredes cuelgan fotos con escenas cotidianas de aquellos años de tanto trabajo.
Enseguida comienza un documental que, durante quince minutos, me habla del mineral, de la manera de arrebatárselo a estos montes mineros, de su lavado, su cocción y su transporte en vagonetas; de aquellos hombres y mujeres que buscaban una vida mejor aunque seguramente, no era lo que hubieran imaginado cuando salieron de sus hogares en pos de una vida mejor.
Al terminar me apetece tomar un refrigerio y decido visitar la cafetería en el mismo edificio. Me llaman la atención unos tarros de miel natural de diversas flores que se exponen en unas baldas para su venta.
En el exterior puedo observar un lavadero de mineral, unas vagonetas y un tranvía aéreo que dan una idea del trabajo y de la vida tan dura de tantos y tantos mineros.
Por un camino me pongo en marcha hacia las peñas negras. Me han asegurado que las formas divertidas y curiosas de las rocas me sorprenderán. El color de la hierba es un verde fuerte, intenso, gracias a nuestro lluvioso clima.
Me cruzo con dos seteros de mediana edad ataviados con botas de agua y grandes cestas de mimbre que, en ese momento, acarreaban con ligereza, posiblemente porque se hallaran vacías.
No entiendo de setas pero observo que hay muchas e intento no pisarlas, quizá alguien las coja.
El paisaje no decepciona, es magnífico, mejor incluso de lo que me habían explicado. A pesar de subir y bajar varias laderas no cansa, es un paseo cómodo.
Todo lo que estoy pisando fueron en su día galerías a cielo abierto, un auténtico paisaje lunar, dinamitado para extraer el tan preciado mineral.
Pero no siempre fue así, este paraje presumía de castaños, robles y muchas especies autóctonas, además de caseríos que, para nada, imaginaban que todo se convertiría en una gran mina.
Me consta que existen rutas por este paraje pero yo he decidido andar sin seguir un orden, simplemente dejándome llevar por la naturaleza, el aire, los ruidos…como el sonido de unos cencerros que me hacen girar para descubrir unas cabras negras mirándome,
posiblemente pensando quién sería aquel ser extraño que parecía venir de la ciudad.
Algunas de las rocas me recuerdan a animales; un dinosaurio parece salir a mi paso, tortugas, rinocerontes… también una cara con una gran nariz, la boca abierta y asomando una lengua. Todo eso es lo que veo o, quizá, lo que ve mi imaginación.
Transcurren los minutos y me paro a pensar que si en Cuenca tienen la Ciudad Encantada nosotros podemos presumir también de un lugar encantado y mágico en nuestros montes mineros cargados de historia.
Alcanzo una cumbre y, subida a una piedra, me maravillan las vistas. No hay dinero que pague esta sensación de paz y bienestar.
Os recomiendo una visita a la zona, os “encantará”.
FOTOS: ANDONI RENTERIA
Estupendo trabajo. Felicidades para ambos
mila esker!!!!!!!!!!!!!!!!
Que bonito reportaje!! Maravillosas las fotos!! Pedazo de paisajes,no me extraña que te produzcan paz….es lo que transmiten, yo estaría igual que tu.
Pues ya sabes dónde ir a dar un paseo. Guapa!!
Gracias por tus comentarios y las fotografías, cuando vuelva de visita a mi tierra haré ese recorrido. xx
Un abrazo
Vaya reportaje más divino. Que fotos , parajes , piedras llamativas y con unas formas espectaculares . Me imagino que será la naturaleza en sí la que hace estás curiosidades. Cuando yo era peque solía ir mucho a Gallarta, ya que tuve muchos años una tía monja Sor Luisa Fermina , Hija de la Cruz prácticamente toda su vida . Entonces era un pueblo minero , mucha gente llegó a ese pueblo en busca de trabajo y lo encontraron. Me ha venido muy bonitos recuerdos.
No sabes cuánto me alegran dos cosas: una, traerte recuerdos de tu niñez y dos, que me leas jajaja un beso cielo.
Pues sí que las piedras llaman la atención , vaya formas tan diferentes y raras entre ellas.
Muy bonito reportaje, Gracias a los dos.
a ti por leerlo
Cuando era chaval ya iba yo de vez en cuando por ahí. Lo que pasa es que ya ha pasado mucho tiempo y no tengo el recuerdo de los paisajes que has puesto.
Yo iba desde Portu. Yo creo que íbamos andando y subíamos unas veces en el “Funi” y otras andando por las vías. Después he estado por allí, pero para ir a jugar a golf en el campo de la Arboleda (Meaztegui, no sé si sigue abierto)
El paisaje es precioso y el campo de golf sigue abierto, un saludo, Pancho.
Las Fotos Estan P reciosas Muy Bonitas Asi Como Tu Gracias””
Gracias. un abrazo
que recuerdos mi mujer es de la escontrilla alta de novios y luego de casados hice muchos paseon por esos lugares…gracias por recordármelos
Gracias por entrar en mi blog