SANTO TOMÁS 2017

Es dificil resistir la tentación de acudir a la cita de todos los 21 de diciembre. Santo Tomás es algo más que un feria o un mercado; es un día para reunirse con amigos, familia o compañeros de trabajo en un ambiente festivo rodeados de música vasca, exquisitas viandas y miles de litros de txakoli o sidra.

Además, es una buena ocasión para adquirir aquellos productos que degustaremos en la cena de Nochebuena.

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También podemos disfrutar viendo deporte rural o escuchando a algún grupo de música en directo.

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Desde las nueve de la mañana el tráfico rodado se ha cortado para facilitar a los bilbainos el ir y venir entre los puestos colocados en el Arenal y la Plaza Nueva.

Olentzero también tiene su lugar en el mercado de Santo Tomás.

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A las diez y media, el alcalde de la villa, Juan Mari Aburto ha inaugurado esta nueva edición del mercado de Santo Tomás, en una carpa a pocos metros del kiosko del Arenal.

Allí se ha procedido a entregar unas réplicas de las casetas a Juan Ignacio Vidarte, director del Museo Guggenheim Bilbao y a Miguel Zugaza, director del Museo de Bellas Artes por contribuir, con su labor, al desarrollo cultural de la villa.

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Minutos después, las autoridades entre las que se encontraban, además del alcalde, el Diputado General de Bizkaia, Unai Rementeria y la Diputada de Cultura, Ibone Bengoetxea se han acercado a uno de los puestos a tomar el famoso talo con chorizo.

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También en la Plaza Nueva el ambiente era muy animado, con muchos puestos y mucha gente dispuesta a pasar un buen rato aprovechando que, además, lucía el sol.

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Durante todo el día miles de bilbainos y de personas llegadas desde diferentes puntos de la provincia, recalarán en el Casco Viejo para festejar el inicio de la Navidad.

FOTOS: ANDONI RENTERIA

 

ORIGEN DE LA FERIA DE SANTO TOMÁS

El 21 de Diciembre es una fecha señalada en los calendarios de los bilbaínos. Es un día de fiesta, de música, de talo, de txakoli, de pañuelo al cuello, de amigos, de bajar al Arenal…
Eso lo sabemos todos pero, muchos jóvenes, quizá se pregunten de dónde viene esta tradición y qué es exactamente lo que festejamos.
El origen de tal festividad se remonta al siglo XIX cuando la mayoría de los caseríos de las afueras de la villa estaban arrendados por familias que se encargaban de cultivar las tierras y de criar el ganado.
Aquellos inquilinos debían pagar su renta a los dueños a final de cada año y, para ello, debían acercarse hasta Bilbao. Aprovechaban el viaje y traían a la capital productos de su huerta, así como algún animal para venderlo en el mercado y abastecer así las mesas de los bilbaínos en aquellas fechas cercanas a la Navidad.

 

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Los artesanos exhibían el género para su venta, como también, se organizaban concursos para premiar al mejor queso, la mejor miel o el mejor txakoli entre otras sabrosas viandas típicas de nuestra tierra.
Esta es una tradición que, con el paso de los años, ha ido adquiriendo una importante fama más allá de nuestras fronteras. Son muchos los que acuden desde diferentes poblaciones a disfrutar de un buen talo con chorizo, un vaso de sidra o txakoli, música de txistu o, simplemente, se acercan a los puestos instalados en el Arenal y la Plaza Nueva a adquirir dulces, embutidos o productos de la huerta.
¡Qué importante es para la cultura de un pueblo mantener las tradiciones!
Gora Santo Tomás!